on
Movilidad para Todos
En una influyente entrevista, Barack Obama propone distinguir entre riesgos existenciales y otros más manejables que enfrenta Estados Unidos. Desde el punto de vista económico, los cambios demográficos que observamos en el mundo entran en la canasta de los primeros.
Es bien conocido que en países más desarrollados, la proporción de personas mayores a jóvenes seguirá creciendo en los próximos años. Los jóvenes (aquellos en edad óptima para trabajar) tienden a tener menos hijos y los adultos a vivir más tiempo. Esto, generalmente, se discute desde el punto de vista del presupuesto público: habrá menos personas en el sistema pagando por más adultos mayores.
Pero en un excelente artículo de Foreign Affairs, Edoardo Campanella, economista de la escuela Kennedy en Harvard argumenta que el problema es todavía peor: la productividad de una sociedad mayor es inherentemente más baja.
Es decir, no solo habrá menos personas pagando por más, sino que estas producirán en promedio menos. We’re screwed.
Campanella enlista claramente el problema (énfasis mío):
Economists have typically been concerned with the overall decline in size of the labor force because fewer workers imply a smaller GDP, unless a major technological revolution comes along. […] But changes in the shape of the labor force matter just as much as its absolute size. Age affects the productivity of labor and, ultimately, what the economy churns out.
La productividad, continua el economista, tiende a crecer hasta los 45 o 50 años y declina de ahí en adelante.
Sin embargo, esto tampoco necesariamente está escrito en piedra: los avances en tecnología pueden tener el efecto adverso de hacer menos productivos los skills de una persona con experiencia. Un ejemplo sencillo es el uso de nuevas herramientas como computadoras o robots, que los adultos no entienden de manera tan intuitiva.
Añade a esto el típico trade-off que enfrentan países avanzados:
For decades, advanced countries have addressed the problem of declining productivity through generous retirement policies that removed old, potentially unproductive workers from the labor force. […] But fiscal constraints have made retirement policies tougher […] making retirement less appealing.
Es decir, el hecho de que exista justamente este “apretón” fiscal, también tiende a producir políticas que exacerban el problema, porque justamente los empleados menos productivos son los que se quedan trabajando a falta de incentivos por retirarse jóvenes.
Es una hipótesis personal, pero la caída en la tasa de participación en Estados Unidos causada por la Gran Recesión y la subsecuente mejora en contrataciones podría ser de justamente esto trabajadores con “experiencia” saliendo y entrando en el mercado laboral. Esto, a su vez, explicaría el bajo incremento salarial desde entonces. (Dudo que sin servicios de salud gratuitos sean muy elásticos en ingreso los adultos mayores)
Cabría recordar aquí de manera puntual que, además de esta coyuntura, las tasas de desempleo juvenil en muchos de estos países son un par de veces mayores que la general.
Finalmente, opina Campanella, los adultos mayores aún y cuando no trabajen, exprimen recursos valiosos, migrando trabajadores hacia actividades de menor productividad:
Greying societies must allocate an increasing amount of resources, labor included, to care for the elderly.
En otras palabras, cuidar a los ancianos requiere de adultos jóvenes, que podrían estar produciendo más valor en otras industrias. Hay un costo de oportunidad.
Regresando a la doctrina Obama, esto es justamente uno de esos problemas que deberían quitarnos el sueño.
El terrorismo no constituye una amenaza que acabará con la existencia de Estados Unidos, pero sí el cambio climático o la erosión de la economía y su capacidad de crecer.
La paradoja migratoria
¿Qué hacer ante tal encrucijada? Campanella propone un par de cosas:
[P]olicymakers should (…) [aim] at breaking the ties between demographic forces and productivity dynamics. Addressing age-related human capital differentials should be a top priority. Governments cannot ask people to work longer if they lack the skills necessary to thrive in today’s job market. Life-long learning programs should become more widespread and should be designed in ways that leverage the cognitive abilities of older workers.
Desde luego, mejorar la productividad de los trabajadores que se quedan es deseable, sin embargo más difícil de lo que pareciera. En el mismo texto el economista aclara:
Beefing up the workforce by raising participation rates or boosting productivity through investments in innovation will not be enough. For example, encouraging older people to work might negatively weigh on productivity, and introducing sophisticated technologies that they are ill-equipped to use will hardly increase their efficiency.
Más bien, la presión es tan grande sobre las mejoras en productividad total y en trabajadores mayores, que el problema se reduce a uno de oferta de trabajadores. Así de sencillo.
Ante una demanda por recursos, lo que dictaría la teoría económica sería importar u obtener el recurso de otro lado que lo produce más eficientemente (en este caso, un país con tasas de crecimiento poblacional alto, que tiende además a ser más pobre). Eh aquí lo importante de mejorar la movilidad laboral de las personas.
Desde los ojos de la misma Doctrina Obama, la legislación en materia de migración es un tema de prioridad nacional. Sin embargo, no en los términos que proponen algunos personajes de las campañas electorales.
Paradójicamente, desde el punto de vista totalmente envidioso y nacionalista, es conveniente para Estados Unidos aceptar más inmigrantes y además proveerles educación y servicios de salud.
¿Porque le tendría que dar todos estos servicios? Regresando a lo que menciona Campanella hace unas oraciones, el hecho de tener más trabajadores no soluciona el problema del todo: se necesita que estos tengan una productividad mayor que la actual.
Esto se puede hacer relativamente barato con especie de tier educativo intermedio, como los community colleges que enseñan carreras técnicas.
Las maneras de hacerlo puede debatirse, pero cerrarse ante esta realidad es totalmente absurdo porque es cuestión de tiempo para que la tasa de crecimiento se reduzca considerablemente.
No aprovechar los millones de jóvenes dispuestos a trabajar que sobran en países de América Latina, Asia y África, es una verdadera tontería.